Ser optimista es una opción

 

optim

– ¡Qué complicado es aparcar en la ciudad! Nunca encuentro aparcamiento, estoy seguro que me va a costar muchísimo tiempo dejar el coche cerca de mi trabajo. – ¿Te das cuenta? He tenido que dar 10 vueltas. ¡Qué disparate, qué complicaciones tengo todos los días!

– ¡Es complicado aparcar en la ciudad! Siempre encuentro aparcamiento, estoy seguro que podré dejar el coche cerca de mi trabajo. – ¿Te das cuenta? He tenido que dar 20 vueltas, y he aparcado. ¡Al final siempre lo consigo!

Mismo día, misma escena, mismo tráfico, doble de vueltas, misma persona… distinta actitud.

Las personas optimistas y pesimistas son iguales; basan todo en algo que no existe, es irreal…el futuro. Piensan en algo que todavía no ha ocurrido, y prevén situaciones por llegar. Sin embargo, el cómo te preparas o condicionas para las expectativas que tienes por delante; te harán sentir bien o mal, disfrutar o entristecer; o tranquilizarte o enfadarte.

Esa línea tan delgada y tan complicada a la vez, que separa el optimismo del pesimismo, no es más que la actitud con la que afrontas tu día a día. Quizás hay cierta reticencia hacia las personas optimistas; ya que “para nada es normal” que en tiempos tan difíciles o complicados como los que estamos viviendo (obvio enumerarlos), algunas personas tengan cierta habilidad emocional para ver las cosas con un prisma distinto a lo que se estila. Y no estoy de acuerdo, porque, desde mi punto de vista; la persona optimista no es aquella que espera resultados positivos sin hacer nada para lograrlos. Claro es que esta persona espera que todo llegue a buen término; pero poniéndose en acción, intentando, practicando y esforzándose por esas metas que se propone. Si piensas que no lo vas a conseguir, te aseguro que nunca lo lograrás; es obvio que el optimismo no te asegura el éxito, pero te va a ayudar a ver las cosas con distinta perspectiva y afrontar el camino de otra manera.

El optimismo es “la cara amable de la realidad”, y he optado por centrarme en ella.

Desde aquí nunca aconsejaré algo que tengáis que hacer, ya que si das el doble de vueltas que otro para aparcar, es tu decisión tomártelo con filosofía… o no.

Artículo publicado el 28.08.2014 en Diario La Opinión Murcia