Yo respeto, pero…

images

Piensa en aquello que quieres para ti y para los demás… sí, tras unos instantes de meditación nos viene a la mente el “respeto”. Eso que todos decimos que hacemos, pero que no lo hacemos. Claro, es que… decir es infinitamente más fácil que hacer.

Nuestro deporte nacional consiste en prejuzgar y enjuiciar todo, dictaminar y opinar sin fundamento sobre cualquier cuestión, incluso sobre nosotros mismos. Y como ya he comentado en artículos anteriores, es fácil hacerlo, estamos acostumbrados ya que practicamos a diario; ya sea con mi vecino, con mi compañero de trabajo, con mi pareja, con mis hijos, etc.

¿Tan difícil es encontrar esa concentración en nosotros mismos, ocuparnos de nuestro entorno y en algún momento de nuestra vida, intentar ponernos los zapatos del otro? Pues parece ser que sí. Aunque podemos darle la vuelta. ¿Cómo se consigue? Según mi experiencia personal y profesional… desde uno mismo. Respetándose a sí mismo, no poniendo en todo momento problemas ni excusas a lo que hacemos, tratando cada día de superarnos aún con los problemas que nos acechan, y mirando más hacia dentro que hacia fuera. En la mayoría de ocasiones esa “maldad” que tengo hacia los demás, es mi propio reflejo de cómo me siento conmigo mismo.

Si miras fijamente a tu mano derecha y te concentras mucho en ella, llegará el momento que ni te acuerdes que tienes mano izquierda. ¿Qué quiero demostrar con este ejemplo? Si te concentras en ti, en tus objetivos, ilusiones, pasiones, tus metas, en aquello que te hace sentir bien… poco espacio y tiempo dejarás en tu mente para preocuparte de los “demás”, para prejuzgarlos o no respetar para nada su punto de vista.

Es extraordinario entender y comprender que somos únicos, solamente por ello, cada persona en este mundo es distinta a ti, y a mí. Y le podrá gustar muchísimo algo que a mí no me encandile. ¿Y…?

Respetar opiniones, gustos, colores, equipos de fútbol, partidos políticos, decisiones, religiones, etc. es algo que está todavía algo lejano de ser totalmente unánime en la sociedad, aunque de boca sí que lo es.

Paremos un instante a pensar en esa persona que tenemos delante de nosotros… ¿Lo respetamos? ¿O nos sale el “sí, pero…”?

 

Artículo publicado en Diario La Opinión el 11/11/2014

Gracias CD Esparragal. EQUIPO

espa

 

Todo comenzó hace 3 años, reencontrarte con amigos, gente por conocer, y sobre todo, las ganas y la ilusión por dar salida a un proyecto nuevo haciendo lo que te gusta.

Y comienzas a valorar muchísimas cosas que antes pasaban inadvertidas; las sonrisas, las bromas, los gestos, las palabras de los compañeros. Sí, sé que en cualquier equipo de fútbol puede ser la tónica general; sin embargo aquí era distinto, esa armonía que existía entre todos hacía que la palabra EQUIPO se fuese forjando en un majestuoso lema. Siempre he dicho, incluso en alguna de mis charlas, que el primer año ascendimos gracias a los jugadores que jugaron menos; su aliento, sus ánimos… su “estar ahí”, hacía que valoraras mucho más cualquier gesto de tu compañero, que la victoria en sí. Fue un año bonito, un año culminado con un primer puesto lleno de trabajo, de esfuerzo, de goles, de juego, pero sobre todo, de personas.

Y llega el segundo año, el principio fue más complicado, adaptarnos a la nueva categoría no fue fácil, nos costó media vuelta situarnos; lo mejor de todo, fue el gran aprendizaje que fuimos sacando de las derrotas; el EQUIPO se hacía más fuerte, cada martes acudíamos al entrenamiento con ganas de resarcirnos de lo ocurrido en el terreno de juego el fin de semana. Encauzamos una gran segunda vuelta; gracias a la propia creencia que todos juntos íbamos a lograr el objetivo. Y así fue. Por poner un ejemplo; “Dudo muchísimo que algún equipo, no profesional en nuestro país, entrenara a partir de las 23.00 horas, tras los partidos de Champions; pues el CD Esparragal lo ha hecho los tres años. Por tal de no perder un entrenamiento, y poder ver las rondas finales de la Copa de Europa,, éramos capaces, en pleno invierno, de sumergirnos en el campo municipal ataviados de ropa hasta las cejas, para preparar el partido de la semana”. Podréis pensar que íbamos poquitos a entrenar; ni mucho menos, siempre rondábamos los 20 jugadores. Apenas había excusas, siempre estábamos con ganas; incluso en días festivos ha habido sesión de entreno. La nómina se pagaba cada domingo, viendo a los Esparraboys vibrar con su equipo y acariciando poco a poco la meta de esa temporada.

Y este año; este año ha sido increíble, y voy a hablar en primera persona porque quiero incidir mucho en los contrastes personales que he vivido en este maravilloso EQUIPO. Ha sido el año que menos he jugado, el año en el que he disfrutado menos de cada domingo, el año en el que me he sentido más decepcionado con mi propio trabajo, ya que no era capaz de hacerle ver al míster que se equivocaba. Y realmente, el que se equivocaba era yo. Esos minutos en el banquillo, y sobre todo en la grada; me han hecho aprender tanto como nunca en mi vida. He observado más a los compañeros, he recordado a aquellos futbolistas del primer año que apenas jugaban, he asimilado algo que ya presagiaba y que iba teniendo claro a medida que pasaban las jornadas. Y claro, he puesto en práctica todas las herramientas posibles que pongo al servicio de muchas personas en mi profesión. Y he sido el primero que me he ido aplicando todo lo que yo cuento. Otro aprendizaje más.

Siempre he pensado que cuando no encuentras tu sitio en algún aspecto de tu vida; que hagas por cambiarlo; y si no eres capaz de hacerlo; quédate donde estás con todas las consecuencias aceptando). Pues hoy a mí me toca cambiar; sí, porque el EQUIPO es lo importante y porque mi rol en él deja paso a quién tome el testigo. Sigo con las ilusiones del primer día por seguir jugando, aún con 38 años; sí, juego con chavales a los que duplico la edad; y me siento bien, aprendo de sus ganas, de sus bromas, le echo un vistazo a mi pasado y confirmo que sigo pensando como antes; disfruto escuchándolos, como se divierten, sin embargo… necesito más.

Y acabó todo ayer tarde, en Mazarrón, en un vestuario donde las lágrimas de  NUESTRO ESPA me terminó de convencer que es único, que no ha habido grupo humano como este en todos los años en los que he competido; y que desde el compañero que menos jugó, hasta los que conforman la directiva, pasando por los aficionados, entrenadores, delegados, etc. han forjado en mí, nuevos valores.

Por todo ello, y por mucho más… ¡GRACIAS EQUIPO!

¿Dónde acaba el respeto y empieza la libertad de expresión?

ath.barceCon motivo de la celebración de la próxima final de la Copa del Rey de fútbol que se celebrará en Barcelona el día 30 de mayo, llevamos varias semanas (desde que se conocen los equipos finalistas) a brincos con lo de «los pitos al himno».

Por tal motivo, se llenan de tinta los periódicos, de tertulias las emisoras de radio y de post los blogs como este.

Cuando hablamos de respeto nos referimos a un valor por el cual reconocemos, aceptamos, apreciamos y valoramos las cualidades y opiniones de los demás; es decir, eso que decimos que hacemos, pero que nunca hacemos.

Y como estamos en fechas de enjuiciar, opinar, y valorar sobre este tema, se sacan los trapos sucios del respeto… y lo dejamos, como siempre una y otra vez, en paños menores.

En el caso que nos ocupa, yo lo veo muy simple, y para ello voy a hacer una pregunta a aquellos que tienen la libertad de expresión de pitar al himno: ¿Cómo te sientes cuando se pita a tu himno (sea el que sea) o ¿qué opinas de las personas que pitan a tu himno?

¿Sabéis que pasa? Que el valor de la empatía está en desuso; y eso de ponerme en el lugar de los demás y comprenderlos es algo que ahora no se lleva… Ahora se lleva el tener libertad de expresión; y claro nada que ver tiene una cosa con otra; ya que podría ser evidente que deberíamos tener empatía con los que pitan, ¿no? Pues NO. Sí que puedo comprender el que piten, por temas políticos, familiares, de arraigo, de creencias, etc. Lo que me cuesta entender es que se diga que ese «pitar al himno» es libertad de expresión; yo primero diría falta de respeto; y después, sí, libertad de expresión.

¿Y qué está antes el huevo o la gallina? ¿Respetamos la libertad de expresión o expresarse libremente es cuestión de respetar (sea lo que sea)? Ahí radica la cuestión; en saber poner límites y aceptar que esto para nada ayuda a la convivencia entre personas.

Termino diciendo que soy un fiel seguidor a lo largo de mi vida del Athletic de Bilbao y que, aunque me han tachado de muchas cosas por serlo, sobre todo en mi niñez, seguiré siéndolo; y el tema político y demás parafernalias basadas en la ausencia de deporte, se las dejo a los entendidos.

Allá tú con lo que pienses. Te puedo comprender el que pienses así; aunque no comparto lo que piensas.

 

¿De verdad que empezamos mañana el cambio?

imagesTX5ISO5Y

 

Esta noche es esa noche en la que nos planteamos el cambio de vida, y hacer cumplir los nuevos propósitos y deseos que tenemos pensados desde hace tiempo. Y claro, necesitamos ese punto de partida o ese pistoletazo que me indique que «¡Ahora es el momento!»…

Siento decirte que no sirve de mucho que esta noche te plantees nada… si mañana no continúas con la acción. Es maravilloso ilusionarse, visualizarse, embobarse… con proyectos nuevos. Yo lo he hecho muchísimas nocheviejas… Sin embargo, ahí se quedaron, en la copa de sidra y en mi cabecita.

Te animo a que actúes, a que disfrutes, a que vivas tu vida, y a que pongas en marcha eso que esta noche vas a tener en la cabeza. No tardes demasiado; puedes empezar mañana mismo.

Te deseo una noche del día 2 de Enero maravillosa; y que sea mucho mejor que la de hoy, pero peor que la del 3.

 

Hazlo por ti, no por ellos

 

Vive para ti

¿Qué es lo que nos motiva a hacer lo que hacemos? ¿Cuál es ese motor que hace que arranquemos y nos pongamos manos a la obra?

En este vídeo que os presento, observad cómo nuestro protagonista, por más que le ponen trabas, zancadillas… por más que lo golpean; él se levanta una y otra vez. Sin poner mala cara, sin querer entrar en la pelea, sin dar más explicaciones que su propio orgullo, no ceja en hacer aquello que él quiere, porque él lo quiere.

Y la conclusión que saco y la  reflexión a la que concluyo sobre él, es que, por más que te pongan palos en las ruedas, por más que te sigan criticando por hacer aquello que haces… no sigas haciéndolo para demostrarles a ellos que puedes, sino porque TÚ lo quieres y lo haces para TI.

Al igual que el «hacer» por satisfacer a los demás… Creo que es otro gran error. Ya que nunca valorarás que tu esencia, que tu verdadera razón por la que realizas «algo» es para ti, y solamente para ti.

«Vive tu vida, que la de los demás ya está ocupada»

 

 

¿Te apetece ser egoísta?

Cuando escuchamos la palabra egoísmo se nos viene a la cabeza esa persona altanera que mira por encima de sus hombros a los demás y que se quiere mucho a sí mismo sin tener en cuenta lo que pisotea a su paso.

Ahora te hago la siguiente pregunta: ¿Quién es la persona más importante de tu vida? Mi madre, mi padre, mi hermano, mi hijo, mi pareja… estas son las respuestas más manidas. Y vuelvo a preguntar; ¿Y tú qué lugar ocupas en el ranking de importancia? Entonces ya vienen los “es que yo no miro por mí, siempre estoy pensando en los demás, nadie me lo agradece” y ese tipo de expresiones que todos reconocemos y que en algún momento de nuestra vida han salido de nuestra boca.

Es muy habitual que te olvides de ti, que no pienses un momento en lo bien que lo estás haciendo, que no te pares a hablar contigo mismo de vez en cuando y te cuestiones qué está pasando en tu vida. Y las veces que te hablas, es para machacarte o para enjuiciarte o recriminarte. Ese es el camino óptimo para que llegue la baja autoestima, la depresión, la desgana, la desmotivación, etc.

Y sí, yo abogo, y mucho, por el egoísmo bueno, por estar pendiente de vez en cuando de la persona que va a pasar toda tu vida a tu lado, por esa persona que te aguanta día a día, y por esa persona que estará contigo siempre, TÚ.

¿De verdad que es algo malo mimarse, hablarse de manera correcta, respetarse, verse bien, tener buena autoestima, valorarse…? Claro que no hay nada de malo en ello, sin embargo no lo hago porque no sé o porque “dicen que soy un egoísta”.

Cuanto más te respetas, más te quieres, más te valoras… más respetas a los demás, menos los enjuicias y más empático te vuelves. Debes probar unos minutos de cada día a hacerlo. No es sencillo porque no estás acostumbrado, sin embargo, se puede lograr. Recordad cómo… entrenando, haciéndolo cada día

Por ejemplo; escribe en una lista, todo aquello que te has propuesto en tu vida, y has conseguido sin ayuda, por ti mismo; todo, lo que sea, por muy atípico que le parezca a los demás. Una vez que tengas tus logros delante y escritos por ti, da paso a reflexionar sobre ellos, piensa cómo pudiste conseguirlos 

Si has sido capaz de lograr eso, ¿no serás capaz de conseguir otros retos que te propongas?

¿Te apetece ser egoísta?

(Artículo publicado en Diario La Opinión de Murcia el 4 de Septiembre de  2014)

 

Si enseñas a tu cerebro… él aprenderá

 

cerebro

¿Recuerdas el primer día de prácticas en la autoescuela?, ¿o el primer día que te pusieron un lápiz en tus manos para escribir? Los primeros pensamientos que nos vienen a la cabeza cuando nos enfrentamos por primera vez a nuevas situaciones son siempre los mismos; desconfianza, inseguridad, miedo, etc. No voy a explicar el porqué de esos pensamientos, sin embargo vamos a exponer cómo de un “imposible” podemos pasar en un tiempo determinado a un “posible”.

Haciendo referencia al comienzo del artículo vuelvo a preguntar; ¿cómo conduces ahora?, ¿cómo escribes hoy? Las respuestas serán siempre las mismas: con seguridad, con tranquilidad, ahora sé hacerlo, ahora lo hago de manera automática; y esta es la respuesta clave. ¿Cómo algo que parecía imposible, que nos creaba ansiedad, miedo, respeto, etc., se puede volver algo automático? Por la simple repetición, por hacerlo todos los días, por reiterar hábitos. Y es que, al no nacer enseñados; para que veamos con normalidad nuestras acciones, debemos practicarlas muchísimas veces. Al igual que conducir y escribir ahora lo tienes normalizado, el primer día era una pared difícil de superar.

Y eso mismo ocurre con nuestro pensamiento. Será muy interesante habituarlo a algo distinto a lo que vemos como normal: “no puedo”, “es imposible”, “me da miedo”, “no me valoro” “esta vida es un desastre”, etc.

Todos esos pensamientos negativos pueden ser cambiados de manera paulatina por otros más positivos. Es cuestión de practicar, de crear hábitos, de entrenar, de hacerlo a diario; así… llegará el día que nuestra tendencia más optimista salga de nuestra mente de manera “automática”, de manera natural; tal y como conducimos o escribimos ahora mismo.

Artículo publicado el 11 Agosto 2014 en Diario La Opinión de Murcia

Mujeres con una Valentía extraordinaria

Voluntaria_joven_mayor2[1]

Desde el mes de Noviembre del año pasado estoy colaborando con la Asociación Española contra del Cáncer de la Región de Murcia impartiendo unos Cursos para personas afectadas con esta enfermedad en algunas localidades de la región.

Precisamente mañana acabamos esta primera entrega del Curso, «Yo Elijo Vivir».

¿Qué decir de estos meses? ¿Qué decir de tan intensas horas acompañado por estas mujeres (en su mayoría) y hombres? ¿Qué decir de tal inmensa y maravillosa lección de vida que cada una de ellas nos dan cada día?

Desde este altavoz quisiera expresar un sentimiento de agradecimiento hacia ellas y un total reconocimiento por lo que hacen sentir a los que las rodean; valores como la valentía, la ilusión, la fortaleza, la amabilidad, la serenidad, el equilibrio… son algunos ejemplos que me he encontrado en ellas durante el Taller que hemos realizado.

Sin duda, ellas eligen Vivir y optan por adoptar la mayor de las actitudes posibles para enfrentarse a su realidad; y como decía Viktor Frankl, “la actitud para afrontar los acontecimientos más dolorosos, es la única libertad que le queda al ser humano”. Estas mujeres, con creces presentan cada instante esa actitud e ilusión necesarias para seguir adelante sonriendo, luchando y trabajando por el día de mañana.

Lo consiguen, afrontando y en muchas ocasiones disfrutando de su presente; aprenden de su pasado y lo ponen en práctica para crear un camino mejor. Mujeres como ellas, hacen que los que les rodean sean cada vez mejores, valoren más aquello que tienen y disfruten de pequeños detalles que en algún momento de nuestras vidas pasan desarpecibidos.

Aplaudo su labor, su entrega y su espíritu de lucha, y reconozco, que la lección de Vida me la dan ellas a mí.

 

Sí, pero es que…

EXCUSAS[1]

 

Qué magnífico y rico es nuestro idioma castellano;  somos capaces de negar dos veces para volver a negar (no, no hay nadie), “todo junto” se escribe separado, y “separado” se escribe junto, o incluso redundamos tantas veces como haga falta (por supuesto que sí). No voy a hablar de vocabulario o del castellano, sin embargo me quedaré en el siguiente juego de palabras… Sí, pero es que…

Cuando escucho en la misma frase un y un pero… me suena a excusa, a que no es problema mío, a que yo no he tenido la culpa, a que corra otro con la responsabilidad…

Achacamos que no ascendamos en el puesto de trabajo a nuestro jefe, ponemos en el disparadero a nuestro entrenador porque no nos pone de titular, no estoy bien en el trabajo porque mis compañeros no me comprenden, no he hecho lo que debería haber hecho porque no he tenido tiempo… Es que mi jefe, mi entrenador, mis compañeros, mi pareja, mi vecino, el que va por la calle… la culpa es de los demás. Yo lo hago todo bien.

¿Nos paramos a pensar realmente qué ocurre a nuestro alrededor? Mejor dicho, ¿paramos a pensarnos? Sí, está hecha a conciencia esa pregunta; “pensarnos” ¿Reflexionamos alguna vez cómo somos? ¿Realmente nos conocemos? Al principio, diremos que sí… “yo soy así o asao”; sin embargo nos estamos mintiendo; si realmente tuviéramos algo de conocimiento sobre nosotros mismos, dejaríamos de poner excusas en nuestra vida, afrontaríamos con más valentía la no consecución de lo que nos planteamos y seríamos muchísimo más consecuentes con nuestras reacciones ante lo que nos viene.

Estamos más pendientes de los demás que de nosotros mismos, el “tiempo que perdemos” en ver los defectos de los demás, dejamos de emplearlo en nuestra mejora, nos pasamos la vida poniendo excusas y utilizando el sí, pero es que…

Pensaréis, qué fácil es decirlo y qué difícil hacerlo; lleváis razón, no es sencillo. ¿Quién dijo que la vida fuera un camino de rosas? Además, nosotros somos los que les ponemos las espinas. Sin embargo, nuestra actitud y nuestras ganas de cambiar las dificultades por las facilidades harán que nuestra perspectiva sobre las excusas cambie.

No busquemos excusas; encontremos soluciones

 

 

 

 

No tengo un €uro, sin embargo, soy RICO

 

486929_533076633373068_922843630_n[1]

Hay gente tan pobre, tan pobre, que solamente tiene dinero. De veras que no recuerdo donde escuché esa frase, pero se me quedó grabada. Y al principio no la entendía demasiado; ahora es uno de mis lemas más compartidos.

Y a lo largo de las experiencias, de los caminos recorridos, de los trabajos hechos, de las conversaciones compartidas y de los pensamientos asumidos… me doy cuenta que la verdadera riqueza del ser humano está en su cabeza, y para nada en la cuenta corriente.

Y escribo este artículo, unos días después de que se conozca la mayor cifra del paro en la historia de nuestro país; sin embargo, hay que darle la vuelta a la tortilla, y como digo en algunos foros, no esperad nada del gobierno, ni de las administraciones, ni de los políticos, ni de nadie que no seáis vosotros mismos.

Dar un puñetazo en la mesa no es cabrearse, ni gritar, ni ponerse furioso; dar un puñetazo en la mesa es, ponerse manos a la obra, reciclarse, insistir a la hora de encontrar trabajo, hacerse notorio, diferente, especial, etc.

Haz aquello que te gusta, aquello que siempre pensaste en hacer y que gracias a las “excusas” te apartaron de ello. Piensa que cuando te sientas bien contigo mismo la mayor parte del tiempo, no estarás feliz… serás FELIZ.

Cuando realices aquello en lo que eres bueno con ilusión y con pasión, los que precisen de ti, se darán cuenta y paulatinamente tu esfuerzo dará resultados. No quieras ser perfecto, es mentira, no existe la perfección. Sin embargo, no dejes de mejorar, no dejes de crecer y no dejes de creer. Diviértete, y sobre todo, disfruta de lo que te rodea. Es posible hacerlo. No lo intentes, hazlo.

Cuando estés así, serás capaz de mirarte más a ti mismo, que a la cuenta corriente. Te sentirás RICO.

¡Ah! Por cierto, todo esto es palabrería… Pero funciona, si tú quieres.